Pere Bigorra: «Somos un valor añadido para nuestros clientes»

Platisjet | Pere Bigorra

Entrevista a Pere Bigorra, General Manager de Plastijet

En Plastijet diseñamos y producimos accesorios de plástico y acero inoxidable. Somos una empresa familiar con más de 70 años de trayectoria en el mundo de la inyección de plástico. En el año 2000, además, apostamos por la fabricación de producto propio, principalmente de pies niveladores, pero también de anti vibratorios, bisagras, asas, soportes barandillas, conectores de tubos o pomos, entre otros. Nuestra mayor ventaja es nuestra flexibilidad y experiencia.

“Ofrecemos un catálogo muy extenso y la agilidad que nuestros clientes necesitan para series cortas”, apunta Pere Bigorra, General Manager de Plastijet, “Somos rápidos, nos preocupamos por la calidad e incluso asesoramos a nuestros clientes”. El apellido Bigorra es un denominador común a lo largo de la historia de la compañía, el paraguas que ha liderado este proyecto desde sus orígenes, tres generaciones atrás. En este post descubrimos un poco más de la historia de la compañía a través de su mirada.

¿Cuándo arrancó la actividad de Plastijet?

Plastijet empezó con un tío de mi padre, en Sabadell, hacia el año 50. Fue el único inyectador de plástico de la zona durante muchos años. Se llamaba Pere Bigorra, como yo, como mi padre y como mi hijo. Mi padre fue su aprendiz y acabó quedándose la empresa. Yo pasé muchos veranos y fines de semana entre todas estas máquinas… y al final cogí las riendas. Somos la tercera generación liderando la compañía, que actualmente se ubica en Palau Solità i Plegamans.

Entonces las máquinas eran manuales, la inyección de plástico era un trabajo muy artesano. No sé por qué motivo arrancó con esta profesión, pero según nos consta fue pionero en la zona y la exclusividad le duró muchos años. Después llegó la competencia.

Plastijet es una empresa familiar que ha pasado de generación a generación. ¿Cuándo empezaste?

Oficialmente, tras la crisis del 92, entré en Plastijet a echar una mano a mi padre y ya no me fui. He crecido entre máquinas de inyección de plástico, de hecho, llegué a tenerlas en el comedor de casa mientras era niño. Este es un mundo que he vivido desde siempre, prácticamente toda mi vida. He visto cómo ha crecido, cómo se ha profesionalizado, cómo ha superado sus mejores y peores momentos. Y hasta hoy, que no estoy solo: también está mi hermana, Núria Bigorra.

¿Cómo ha sobrevivido Plastijet después de tantos años?

Una empresa como la nuestra, en la que inyectamos plástico para terceros, no podía competir con las grandes multinacionales que se han ido asentando en el sector. ¡Somos 7 trabajadores! Un gran equipo, muy experimentado, pero no suficiente para grandes producciones. Aun así, trabajamos para un público multisectorial. Tenemos nueve máquinas y más de 700 moldes, ¡qué son muchos! Hay una gran rotación cada día, nuestra experiencia nos permite ser muy flexibles.

Es algo que los demás no siempre pueden: proximidad y confianza. Ofrecemos un catálogo muy extenso y la agilidad que nuestros clientes necesitan para series cortas. Somos rápidos, nos preocupamos por la calidad y ofrecemos un servicio de asesoría a nuestros clientes. Es nuestro valor añadido: nos adaptamos a las necesidades de cada empresa.

Por otro lado, en el año 2000 apostamos por el producto propio, por diversificar nuestra oferta. Hacemos pies niveladores. Y es una faceta de nuestra empresa que está creciendo cada vez más.

¿Por qué fabricar pies niveladores?

El motivo inicial es curioso. Estábamos en una feria. Nos movemos mucho. Me quedé embobado mirando el suelo. Y pensé: todo lleva pies, el que fabrica estos pies debe tener trabajo para rato. Y así empezamos a darle vueltas. Arriesgamos y funcionó: enseguida necesitamos ampliar nuestra gama de productos. En España no hay muchos fabricantes de pies niveladores.

Nos dedicamos a multitud de sectores, desde el packaging al farmacéutico o la alimentación. ¿Qué no lleva un soporte hoy en día? Todas las máquinas que puedas imaginarte. Es un mercado amplísimo. Hoy, el producto propio supone un 40% de nuestro trabajo, pero incluso llegó a ser la mitad de nuestro trabajo antes de la pandemia. La intención es seguir creciendo.

¿Cuál es vuestro punto fuerte en este campo?

Tenemos una ventaja respecto al resto: en Plastijet podemos trabajar con piezas a medida, producir pequeñas cantidades o servir de hoy para mañana. Nos encargamos de toda la línea de producción, desde el diseño a la inyección, la mecanización y el montaje. De nuevo, la agilidad y la familiaridad es nuestro plus.

¿La proximidad es algo que os ha favorecido durante la pandemia?

Importar ahora mismo se ha complicado mucho, sobre todo a raíz de la Covid-19. La actual situación ha llevado a muchas empresas a recurrir de nuevo a fabricas locales, especialmente en inyección de plástico, pero también nos hemos mantenido bastante bien con nuestro producto propio. La flexibilidad nos hace muy competentes, no todo el mundo puede servirte mañana lo que le pides hoy.

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